Muy seguido me pasa que creo que "soy la única a la que pasan estas cosas" o "soy la única que se siente así". Hace unos días estaba en una reunión de amigos y una vez más constaté que no, que aunque no se note o no lo digan, en general los seres humanos compartimos los mismos miedos.

Miedo a la crítica. Miedo al juicio. Miedo a que no funcione. Miedo a quedar en ridículo. Miedo al abandono. "Qué van a pensar de mí?". "Y si le digo que me duele su comentario, se irá? dejará de quererme?", "me sacarán del grupo si digo lo que realmente pienso y deseo?", etc.
Miedos que en el fondo, si le rascamos un poquito, buscan protegernos y eso está bien. El problema es cuando en el día a día nos damos cuenta de que no nos gusta alguna circunstancia de nuestra vida y deseamos cambiarla, pero qué crees? Ese cambio nos pide hacer algo que luego nos cuestionamos con alguna pregunta del tipo "qué van a decir...?" la familia, los amigos, los conocidos o los compañeros del trabajo. O qué miedo mostrarme, porque entonces me expongo a que alguien más me critique o me juzgue y eso, para algunas personas, es terrible y pareciera que no podríamos soportarlo.
Algunas personas, me incluyo, hemos crecido con una careta que supuestamente nos posiciona en algún lugar de privilegio del tipo "la que siempre hace todo bien y no se equivoca", "la madura", "la consciente", o "la responsable". Caretas que nos han hecho dizque quedar bien, pero que a la larga nos pesan horriblemente porque desde el fondo del corazón se escucha cada vez más esa vocecita interior que nos pide salir, que nos pide autenticidad... porque solamente desde la autenticidad es que podremos vincularnos realmente con los demás.
Además, ¿Quién es realmente perfecto y nunca se equivoca?". Nadie. En el fondo todos compartimos la misma humanidad, vulnerabilidad y sensibilidad.

El precio a pagar de quitarnos esa careta, cualquiera que sea, no es nada sencillo. Habrá que renunciar a esos lugares de "privilegio" que tomamos alguna vez... irnos desnudando, y eso nos puede aterrorizar. Entonces, la idea es no hacerlo de una vez, de golpe y de trancazo. Yo nunca he podido (sí, lo he intentado jaja) o lo hago por media hora y al ratito ya está otra vez puesta en mí. Claro! porque esto no se nos quita así nomás. Tenemos años y años de práctica viviendo con esa careta o personaje encima, entonces hay que ir practicando de a poquito el ir aflojando nuestra máscara.
Ideas para irnos mostrando cada vez más auténticas, para irle bajando al personaje o careta:
1.- Trae contigo tu libreta y tu pluma o lápiz. Cuando te suceda algo que te mueva por dentro o te haga reaccionar de una forma que no querías, anótalo. Escribe en tu libreta honestamente y sin tapujos sobre qué te pasó, qué sentiste, qué esperabas, por qué reaccionaste así, etc.
2.- Luego escribe la pregunta "¿a qué le tuve miedo?". Porque en el fondo, reaccionamos así o dijimos algo que no pensamos o lo que sea que hagamos con nuestra máscara, porque queremos protegernos. Las personas reaccionamos y nos protegemos cuando tenemos miedo.
3.- Abrázate. Llora si es necesario. Sí, tenemos miedo y no pasa nada. También podemos darnos cuenta de que tal vez eso que sucedió fue una interpretación mía y no necesariamente la otra persona o la situación me dice eso que yo creo. Tal vez yo interpreto así, por mi historia...
4.- Pregúntate, ¿con qué persona o situación de mi infancia puedo relacionar ese evento? ¿Qué pasaba en mi infancia que se parece a esto de hoy que me conecta con el dolor o el miedo? y escríbelo para ti.
5.- Te invito a hacer tu Biografía Humana. Es un proceso hermoso. Pregúntame de qué se trata y te cuento más : )
Deseo de corazón estos tips te ayuden. Personalmente, los practico desde hace muchos años y en muchísimos momentos de mi día a día. Me han ayudado como no tienes una idea.
Hasta pronto! Abrazos!
Adri Solís